Naturaleza en estado puro
La posibilidad de disfrutar de la naturaleza a través del senderismo sin excesiva dificultad es otro de los atractivos que ofrece el entorno. Puede destacarse el sendero Charco del Acebrón que recorre un tupido bosque de ribera muy bien conservado. Si te interesa la observación de aves, el itinerario de la Rocina dispone de observatorios desde los cuales es posible identificar multitud de especies que habitan en este enclave.
También es posible realizar cicloturismo: desde Matalascañas parte un carril bici que discurre entre pinares y matorral mediterráneo y finaliza en una antigua torre almenara, ya en ruinas, denominada el Pico del Loro. Si la marea lo permite, puedes realizar la vuelta a lo largo de la inmensa playa. También en el poblado forestal de Cabezudos hay una pista forestal adecuada para la bicicleta que llega hasta Abalarios, donde un paisaje de lagunas estacionales combinadas con madroños, alcornoques y helechos, compensan el pedaleo realizado.
Los senderos señalizados de Ribetehilos, Laguna del Jaral y Cuesta Maneli, los carriles bici de la Vereda del Loro y del Asperillo que guarda sorpresas hasta el final, como el acantilado del mismo nombre, situado en la frontera litoral, son un espectáculo de contrastes, con toda una gama de colores ocres y rojizos, que se dibujan según la hora del día. Este acantilado arenoso impresiona tanto por sus casi 30 metros de altitud, el más alto de Europa de este tipo, como por sus varios kilómetros de largo, parte Monumento Natural, que dominan el paisaje costero. Además del evidente valor paisajístico, posee un gran valor geológico y ecológico.