El gran gato mediterráneo
Es un felino de aspecto grácil, de tamaño mediano (machos con un peso medio de 13 kg y casi 10 kg para las hembras) con patas largas y cola corta. Su cara es redondeada, con orejas grandes rematadas por pinceles de pelos negros y largas patillas que cuelgan de sus mejillas que aumentan su longitud con la edad y que en los machos son más largos que las hembras. Esas largas patillas favorece su camuflaje al descomponer la silueta de su cabeza. Su pelaje es de tonos parduzco moteado de negro.
Vive en el bosque y matorral mediterráneo en zonas muy restringidas de la península entre los 400 y los 1.300 metros, salvo en Doñana, donde vive a nivel del mar. Le gustan las zonas con vegetación cerrada para descansar y reproducirse, aunque la mayoría del tiempo vive de forma solitaria y nómada.
El lince ibérico es especialista en cazar conejos, que son el 80% de su dieta habitual. Puede consumir también ánsares, pequeños mamíferos o aves dependiendo de la época del año, la disponibilidad de las presas y la zona donde se encuentre. Es un ágil cazador, aproximándose sigilosamente a la presa y salta sobre ella con rapidez.
Aunque la especie ha pasado de “En peligro crítico de extinción” a “En peligro de extinción” gracias al apoyo de administraciones y particulares, y la sensibilización de la población en general, aún persisten algunas de las amenazas de esta especie, como la destrucción y fragmentación de su hábitat, la disminución de las poblaciones de conejos y los atropellos en carreteras.
Fuente: Red de Parques Nacionales / Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico